En sus orígenes, los medios de comunicación masiva fueron concebidos exclusivamente como una herramienta de información. Sin embargo, con el tiempo se ampliaron y se complementaron con el entretenimiento y la educación.
En Bolivia, si bien estas funciones son cumplidas, todavía falta mucho por hacer para educar e informar a una ciudadanía que requiere conocer, por ejemplo, sus derechos individuales, civiles, políticos, sociales y económicos, que están enmarcados dentro de la Constitución Política del Estado.
Ahora más que nunca, los bolivianos gozan de muchos derechos para ejercer la ciudadanía, cosa que en el pasado estaban restringidos sólo para algunos sectores privilegiados. Recordemos no más la Constitución Política del Estado de 1926, cuando sólo el letrado o el que tenía un empleo o industria podía ser considerado un ciudadano y, lo que es más ni siquiera se hablaba de derechos sino de meras garantías.
Sin embargo, ¿de qué sirve tener muchos derechos si muchos no lo saben?.
Aunque no existe ningún estudio que diga que un determinado porcentaje de bolivianos conoce o no sus derechos, hace falta que los medios de comunicación contribuyan a la difusión de cada uno de ellos, sobre todo en sectores, como los periurbanos y rurales, donde existe carencia de información y educación.
Hasta ahora no se conoce un programa educativo en el país que aborde sólo el tema de los derechos, que bien podría ayudar a muchos.
La Asamblea de Derechos Humanos de Bolivia afirma que "un derecho que no se conoce es un derecho que no se ejerce", frase que, por ejemplo, se puede ver en madre solteras que todavía sufren y lloran porque sus hijos sean reconocidos por el padre, para que sólo lleven un apellido y no sean discriminados.
Hay mujeres que desconocen el artículo 65 de la Constitución Política del Estado, que señala: "En virtud del interés superior de las niñas, niños y adolescentes y de su derecho a la identidad, la presunción de afiliación se hará valer por indicación de la madre o el padre. Esta presunción será válida salvo prueba en contrario a cargo de quien niegue la afiliación. En caso de que la prueba niegue la presunción, los gastos incurridos corresponderán a quien haya indicado la afiliación".
Si muchas supieran de este derecho no estarían rogando al irresponsable padre a dar su apellido, porque hoy sólo basta acudir a una oficialía de registro civil para afiliar a un niño con los apellidos del padre y la madre. Pero, ¿cuántos saben?.
Algunos medios de comunicación, en un determinado momento, difundieron la información, pero se olvidaron de incidir en el mismo para reforzar el mensaje que mucha falta hace.
Según la oficial de registro civil de la zona de Cala Cala Carina Vargas, hasta ahora, muchas mujeres acuden al lugar a solicitar el registro de sus hijos sólo con su apellido asegurando que el padre se niega a reconocerlo. Ante esta situación, algunas abogadas, no todas, les informan sobre este derecho y, sólo así, las mujeres se dan por enteradas de esta disposición.
Los medios de comunicación muchas veces se olvidan de lo que realmente necesitan conocer los bolivianos para hacer respetar sus derechos. En una revisión, a vuelo de pájaro, se puede constatar, por ejemplo, que los dos medios impresos cochabambinos publican más noticias políticas que información que le sea útil al común de la gente. Cuanto abordan , por el ejemplo, un caso de violencia contra una mujer o un niño, lo que más dan a conocer son los detalles de cómo les golpearon e incluso llegaron a matar y, se olvidan de mencionar qué deben hacer y a dónde deben acudir para sancionar al responsable.
El artículo 15, inciso II, de la nueva Carta Magna señala: Todas las personas, en particular las mujeres, tienen derecho a no sufrir violencia física, sexual o psicológia, tanto en la familia como en la sociedad. Este es un derecho que para hacerlo cumplir existen otras normativas como el Código Penal, la Ley Contra la Violencia Familiar o la Ley Niño, Niña y Adolescente, que también son desconocidas.
En ese marco, los medios de comunicación y, en particular, los periodistas debemos reflexionar sobre qué estamos haciendo en este ámbito y asumir una acción inmediata para verdaderamente cumplir nuestro rol de informar y educar. No basta con difundir un hecho, sino dar un valor agregado a cada nota para que el ciudadano sienta que el medio se preocupa por él y por sus derechos.
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