lunes, 10 de octubre de 2011

Estudiar en Bolivia es dos veces más barato que en Cabo Verde


Al menos 206 caboverdianos están en el país buscando una profesión en diversas áreas. Son jóvenes que pronto volverán a Cabo Verde para ejercer la carrera que estudian. Así como otros extranjeros, viven en departamentos alquilados, donde se reúnen para compartir su música y su comida tradicional.

Ser arquitecto, ese es el sueño de Gerson Spencer Monteiro, un caboverdiano que dejó su país hace dos años para estudiar en Cochabamba.
Y que estudiar una carrera en Cabo Verde es altamente costoso y, por ahora, poco práctico, toda vez que las universidades que hoy existen son relativamente nuevas.
Gerson es un joven de 29 años, casado y con tres niños que viven en Cabo Verde. Llegó a Cochabamba en agosto de 2009 y se inscribió en la Universidad del Valle, de donde espera titularse el próximo año como arquitecto.
Cuenta que vino al departamento tras conocer que había la posibilidad recibir una educación superior de alta calidad a un costo mucho más bajo que el de su país.
Así como él, 206 caboverdianos dejaron su tierra natal y recorrieron más de 5 mil kilómetros hasta llegar a Cochabamba.
Asegura que estudiar en la llajta es beneficioso porque desde que ingresó a la Univalle recibió una enseñanza no sólo teórica sino práctica, que le permitirá ser un buen profesional en su país.
“Bolivia es muy linda y económica, porque estudiar resulta dos veces más barato que en mi país y otros como el Brasil o Portugal”, comenta al agregar que hasta hace unos años, muchos caboverdianos optaban por otros lugares, hasta que, a través del periódico, se enteraron la oferta que había en Bolivia.
Es así que muchos jóvenes fueron llegando a Cochabamba para estudiar, en su mayoría, medicina, una carrera que en el país africano no existe.
En tanto, otros optaron por otras carreras como administración de empresas, turismo, comunicación y periodismo, psicología, odontología, arquitectura, entre otros.
Una buena parte de los caboverdianos hoy está casi a mitad de la carrera y tienen pensado volver a su país una vez que concluyan. 
Según Spencer, los diplomas que reciben los caboverdianos son reconocidos como los de cualquier país.
Cuenta que para venir a Bolivia deben realizar varios trámites en Portugal y no así en su país, ya que Bolivia no cuenta con un cónsul en las islas africanas. Sin embargo, indica que el Estado caboverdiano pronto nombrará un representante en Bolivia.
Esta situación hace que también el costo de la visa que requieren sea bastante elevado a diferencia de otros estudiantes extranjeros.
Para encarar juntos los problemas y hacer conocer su cultura, los caboverdianos formaron la Asociación de Estudiantes de Cabo Verde en Bolivia.
La mayoría vive en grupo, entre tres a cinco personas, y en departamentos alquilados. Para abaratar sus gastos, cocinan los platillos típicos de su país como el cabrito con maíz, la cachupa y otros.
Asimismo se juntan los fines de semana para compartir la música y la comida caboverdiana.
Spencer asegura que en Cochabamba encontró un lugar seguro y apto para estudiar, lo que no sucede en otros países a donde otros viajan en busca de una profesión.

En Cochabamba se vive bien y tranquila


Margareth Goncalves es otra joven que dejó la isla de San Vicente en Cabo Verde,para venir a Cochabamba y estudiar la carrera de comunicación social y periodismo en Univalle.
Llegó hace cuatro años, y sin perder tiempo ingresó a la universidad. Hoy está a un año de graduarse.
“Lo que más me llamó la atención de Bolivia era que se podía estudiar con poco dinero y tranquila”, dice al señalar que, sin embargo, la caída del dólar en el país le afectó económicamente.
Así como Gerson, espera que pronto se designe un cónsul para que a través de esa autoridad se pueda agilizar trámites y convenios que les ayudará en su formación profesional.
“Me gusta estar en Bolivia, más precisamente en Cochabamba. Aquí me divierto y me encanta el pique macho y mejor si es ‘re’ picante”, dice Margareth, quien habla y escribe casi perfectamente el español. 
Cuenta que aprender el castellano no le resultó muy difícil ya que el portugués, idioma oficial de su país, es muy parecido. Sin embargo, dice que con sus coterráneos prefiere hablar el criollo, el idioma popular de las islas africanas.
“En los cuatro años que estoy en Cochabamba hice muchos amigos, lo que seguramente me costará mucho dejarlos”, indica al comentar que, así como otros, vive en grupo en un departamento alquilado.


El camino a La Paz con pies pequeños

Protesta. En juego han creado la Asociación de Niños Afectados por la Marcha 

Roberto Navia Gabriel.

Ximena es la vicepresidenta de los niños marchistas y tiene un mono capuchino de peluche que se llama Tipnis. No es una niña cualquiera, no porque sea la hija de Rafael Quispe, el presidente del Conamaq, sino porque a sus 11 años ya probó el palo del poder cuando en el campamento de Chaparina, cerca de Yucumo, mientras jugaba a la gallinita ciega, un policía, en su afán por desbaratar la caminata indígena que va a la Paz, le cortó la cara y la tiró a una camioneta como se arroja a un animal, según su testimonio.
Ser niño en la marcha a favor del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) no tiene muchos privilegios. Entre los 1.000 marchistas que buscan evitar que una carretera parta en dos ese recurso natural, 96 son menores de edad, entre bebés de pecho y niños de 13 años. Sus padres los han llevado porque no tienen con quien dejarlos en sus chozas de monte adentro.
Pero sin pretenderlo, los niños en esta marcha se están enterando en carne viva de que el Tipnis se puede defender con la vida. Tal cual. Desde el 15 de agosto, cuando empezó la medida desde Trinidad, ha muerto Pedro Moye, de 13 años, que se cayó de una camioneta; Juan Uche Nosa, de ocho meses, no aguantó una infección estomacal y dos mujeres embarazadas abortaron por los traqueteos de la caminata. Desde entonces, el chiquitano Javier Cuéllar camina rumbo a La Paz con una bandera en memoria de todos los caídos.
La única ventaja que tienen los niños es que son los únicos que comen pan antes de que la columna de humanos, que camina a paso de hombre, empiece a marchar por lo general a las seis de la mañana. “Los niños tienen que tomar un tecito para que aguanten la jornada. Los adultos esperamos hasta el almuerzo”, dice Adolfo Chávez, el presidente de la Confederación de Indígenas de Bolivia (Cidob). Después, ellos también tienen que levantarse al ritmo de sus mayores y ayudar a armar las carpas cuando llegan a un lugar de descanso.
Un campamento es como un pueblo nuevo al que tienen que acostumbrarse por pocas horas. Antes del 25 de septiembre, cuando los policías arremetieron contra los indígenas con modales de dictadura, los niños, como Juan, como Raquel o como Ximena, jugaban por su cuenta cuando sus padres les daban permiso después de ayudar en los quehaceres de la marcha. Pero después de aquel episodio, la Unicef ha implementado un programa de apoyo a niños víctimas de la violencia que se llama Un nuevo sol por el bienestar comunitario.
Los funcionarios de la Unicef se disfrazan de payasos y les enseñan jugando cómo soportar los malos recuerdos para que estos no les hagan la vida imposible cuando lleguen a adultos. Es un trabajo que esa institución viene desarrollando en escenarios donde la violencia o los desastres naturales se ensañan con los menores de edad. En Bolivia ya fue desarrollado en las inundaciones de Beni y en el megadeslizamiento de varios barrios de La Paz. Claro, los niños son los que juegan, pero muchos adultos también se divierten con la gracia de un payaso.
La sonrisa fue un bien escaso durante el ataque de la policía a los marchistas aquel 25 del mes pasado. Ernesto lloraba pero después se hizo el muerto. “Así me salvé de una paliza”, cuenta este niño de ocho años en el campamento de Quiquibey. Esa estrategia no la había visto en la tele antes, sino la había escuchado en las conversaciones de los adultos del pueblo chimán dentro del Tipnis. Ernesto dice que vio cómo los ‘pacos’ le daban duro a Ximena, y por eso se tiró al suelo, se cubrió entre los barbechos y se puso duro como un palo. “No diga mi apellido por favor. La Policía me va a venir a buscar”, dice. Es que los niños de la marcha continúan con miedo y para combatirlo han creado la Asociación de Niños Afectados por la Violencia. Entonces, para evitar represalias, la portavoz oficial, la que puede hacer declaraciones con su nombre y apellido es Ximena Quispe.
El miedo se siente entre los niños. Ahora, cuando escuchan el sonido de un petardo, algunos se ponen a llorar. Eso ocurrió el viernes en Caranavi cuando los indígenas ingresaron al pueblo arropados por los vecinos y al ritmo de cohetes que explotaban en el aire. Tras el reventón, se ponían a llorar porque pensaban que la Policía estaba ahí, lista para atacar. Los dirigentes ya piensan en instalar un gabinete de sicólogos para que realicen terapia a los menores de edad para evitar que crezcan con traumas.
Pero Ximena Quispe, a nombre de los afiliados de su asociación, dice que no hay mucho drama porque así como muchos han sido golpeados, también han sido testigos de acciones que les han hecho sentirse queridos. Ella misma ha visto cómo una multitud de vecinos de Rurrenabaque ha puesto el cuerpo para liberar a casi 300 indígenas que iban a ser subidos en un avión rumbo a un destino desconocido.
Ximena, morena y delgada, también sintió el calor de la gente que no conoce después de tres días de haber sido golpeada, cuando en el campamento de Rurrenabaque le festejaron su cumpleaños número 12. Ella ha reído, cantado y bailado, y en ese momento se olvidó de la herida que tiene en la cara.
Ahora, los niños también juegan a ser los líderes del mañana. Juan, cuando sea grande, quiere ser como Fernando Vargas, el presidente del Tipnis. Le llama la atención cómo los periodistas se amontonan para entrevistarlo y él responde a las preguntas sin ponerse nervioso. Raúl Apuesta a ser un hombre como Adolfo Chávez, el presidente de la Cidob, porque admira que el hombre esté marchando con unos fierros que los doctores le han puesto en su brazo para que se sane de un accidente que tuvo.
Ximena Quispe quiere ser como su padre y si en adulta le toca volver a marchar hacia La Paz, afirma que por más vieja que sea, igual llevará a su mono de peluche que ella lo bautizó con el nombre de Tipnis.
    Por el camino   

 Juegos. Como los niños no se llevaron juguetes, se divierten con recursos de la naturaleza: las piedras son sus camioncitos, los palitos que caen de los árboles son sus soldaditos.

 Mascotas. Los perros que se suman a la marcha, ya sea porque les dan de comer o cariño, son los que hacen los días más agradables para los menores. Los animales juegan con los niños.

 Política.
Los niños también hablan de política y reniegan contra el Gobierno. No entienden cómo es que el presidente no pueda atender a sus padres antes de que lleguen a La Paz.

 Integración. En la marcha también hay una integración cultural entre el altiplano y los llanos. Un niño del occidente pregunta a otro del oriente qué quiere decir cheruje.

 Preguntas.
Otro niño de tierras bajas pide a su amigo que llegó de Oruro que le cuente cómo es la llama, porque él solo la ha visto por televisión. “¿Es verdad que escupe a los que la quieren agarrar?”, le pregunta.

 Espacio.
Algunos menores de edad nunca han visto un televisor. Por eso, cuando pasan por un pueblo quieren que alguien les muestre cómo es ese aparato del que muchos les han hablado.

 Estudios. Hay niños y niñas que hacen tareas entre una parada y otra, para no perder mucho el avance escolar. Otros no estudian porque hay pocas escuelas en el Tipnis.

 Solicitud. Las madres se comienzan a preocupar y piensan pedir a las autoridades que les permitan salvar el año escolar a los niños que no tenían con quien quedarse en la comunidad.
Es incierto el perjuicio que hay en la escuela
Cuando la marcha indígena haya terminado, el reto que tienen los niños que participan de ella es ponerse al día en la escuela. Los líderes del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) han aclarado que cualquier perjuicio en los estudios de los niños es responsabilidad de sus padres.
¿Por qué los niños acompañan a sus padres? Porque no se pueden quedar solos en el bosque. Esa es la respuesta que dieron algunos progenitores. Entonces, como se trata de una medida de presión contra el Gobierno y para evitar que el Tipnis sea partido por una carretera, muchos prefieren sacrificar los estudios de sus hijos.
Pero también hay otros motivos que pesan para tenerlos en esta caminata. En muchas de las 69 comunidades que pueblan el Tipnis, no hay escuelas, o si existen, solo tienen hasta el quinto de primaria. Es decir, muchos niños y adolescentes no están estudiando.
En el Tipnis, como el Estado no asiste ciento por ciento con la educación gratuita, existen internados dirigidos por iglesias evangélicas que garantizan el bachillerato. Pero estos internados son contados con los dedos de la mano y los estudiantes tienen que navegar hasta dos días por los ríos para llegar a clases.
Los que se quedaron están siendo atendidos por sus hermanos mayores. Así, adolescentes de 15 años están haciendo el papel de padres o madres durante los casi ya dos meses de marcha. Ester Chové está caminando a La Paz y está preocupada porque la comida que les dejó a sus hijos que se han quedado en el Tipnis ya está por acabarse. “Yo no pensaba que la marcha iba a durar tanto. Estoy tratando de llamar a algún familiar de Trinidad para que vaya a ver a mis guagüitas”, dijo ayer en Caranavi.
Marlene Moye tiene de la mano a su hijo de siete años. Ella tiene miedo que la maestra ya no lo deje entrar a clases cuando retorne. Entonces, dijo que enviarán una carta al Ministerio de Gobierno, en la que firmarán todos los padres que trajeron a sus niños a la marcha, para solicitar que se dé la posibilidad de que no pierdan el año escolar.

Las cifras

96
Es el número de niños que acompaña a sus padres en la marcha indígena que partió desde Trinidad.

160
Kilómetros es lo que faltaba para llegar a la ciudad de La Paz, desde Caranavi.


Amalia Pando: "Ya no quiero la televisión, estoy buscando la jubilación"





Incisiva, puntual, interesante y, sobre todo, controvertida. Así es Amalia Pando, la periodista que hace temblar a los políticos y a cuanta persona intenta ocultar la verdad para salvar su pellejo. No por nada, ha sido calificada el terror de los políticos.
Esa mujer que ha destapado distintos casos de corrupción como los pasaportes chinos, la quiebra de bancos o ítems fantasmas -investigaciones que le ha costado el odio de algunos políticos y personas involucradas en el escándalo y, la admiración de muchos bolivianos por su audacia- pronto dejará definitivamente las pantallas de televisión.
Amalia dejó por un par de días su natal La Paz para visitar la llajta y compartir su experiencia periodística como docente del diplomado de Periodismo Ciudadano. En ese escenario,  se abrió a las confesiones y se mostró tal cual es: una mujer sencilla, audaz, íntegra y con convicciones firmes. En menos de 30 minutos de conversación no dudó en contestar ni siquiera aquellas preguntas, que a muchos puede asustar u optar por el silencio.
La Amalia mujer y periodista confesó sus gustos, los problemas que tuvo con el ex presidente Carlos Mesa, quien antes de entrar a la arena política era su socio y amigo junto a Mario Espinoza y Ximena Valdivia. Así también no dudó en contar que hoy vive una nueva etapa de su vida: de esposa y abuela de una pequeña de apenas un año y dos meses.

P.- ¿ Por qué  Amalia está en RTP y no en una red nacional como en el pasado?. ¿Siente usted que la relegaron, le cerraron los medios o se relegó sola?

Amalia Pando (A.P).- No tengo una explicación cabal a tu pregunta, pero me  permite  reflexionar. Creo que hay un empalme entre el periodista y el medio; un empalme de idea y de orientación política.
 El 2008 fue un año de enorme  polarización.  El ascenso de Evo Morales  fue un hito y en ese momento yo estuve en canal 7, porque empalmé con lo que estaba aconteciendo en el país. Las redes nacionales pasaron a tomar una posición bien de derecha, pero posteriormente el gobierno comenzó a adoptar una posición bien intransigente en sus propios medios. Es ahí que me di cuenta que ya no tenía nada que ver ahí.

P.- ¿RTP fue entonces la alternativa?

A.P.: Sí, porque encontré un medio que es más local, no exclusivamente paceño, que tiene como patrimonio a un público muy grande y popular que empalma muy particularmente con la necesidad de espacio y libertad que necesito.

P.- ¿La política o los políticos le llevó a buscar un medio alternativo?

A. P.: Detrás de cada medio están los políticos, ya no hay periodistas dirigiendo medios. Si tú eres un anticlerical rabioso no puedes ir a trabajar a radio  Fides, entonces tiene que haber un empalme  porque es un tema ético. No es que te llevan a trabajar a un medio encañonándote, tú buscas trabajar en un medio porque piensas que vas a encontrar un ambiente que te permita trabajar. 

P.- ¿Qué  posibilidad existe de volver hacer un equipo con Carlos Mesa, Mario Espinoza y Ximena Valdivia, grupo que marcó historia dentro del periodismo boliviano?
A. P.: Ninguno.

P.- Por qué?

A.P.: Pues Carlos ya no es periodista en el sentido estricto, es ex Presidente. No hay interés, el equipo explotó.

P.- El 2002 se la vio a las 8 de  la noche despidiéndose de PAT, red que había forjado en base a una amistad. Se la notaba afectada, y después supe que Carlos Mesa la había despedido.
A.P.: Fue horrible y duro. Me pareció que me colocó en una situación indigna. Ocurre que me habían dado mi memorándum media hora antes de iniciar el programa. Yo misma redacté mi titular: Amalia Pando se va, la despidieron. Hice mi propio titular y había que dar la despedida.  El antecedente es que Carlos, ya electo (como candidato vicepresidencial de Gonzalo Sánchez de Lozada) vino al canal esa tarde, me llamaron a una reunión y me dijeron: Mira Amalia, Mario se va hacer cargo del departamento de prensa. Entonces le dije: pero el departamento de prensa está ocupado, vas a tener que despedirme… y me despidieron, tan simple como eso.

P.- ¿Cómo usted lo tomó, porque no era sólo un proyecto, eran amigos?

A.P.: No. Coincidimos en un proyecto, pero qué importante hubiera sido mantenerlo hoy, pero uno es amigo hasta que deja de serlo.

P.- Pero usted afirma que el equipo explotó

A.P.: Sí, explotó porque después de eso tú no puedes reponer las relaciones personales. Segundo, no hay ningún tipo de condición para armar un proyecto independiente. Todos quedamos en la lona económica. Intenté hacer una buena productora independiente, pero no funcionó, empezó el déficit, se terminaron los contratos, cerré y liquidé. Fracasé.

P.- Amalia Pando estorbaba a Carlos Mesa?

A.P.: Nooo, para nada (sonrisas)

P.- En la Política digo?

A.P.: Yo creo que Mario tuvo una posición absolutamente personal, lícita y defendió  sus intereses. Se apoyó en Carlos y Carlos, que ya iba a ser vicepresidente, se preguntó ¿quién iba a ser mejor? Y se apoyó en Mario.

P.- Amalia parece tomarlo con madurez ese hecho, pero ¿en lo sentimental?

A.P.: Bueno, hice luto. Me tomó tiempo superarlo, pero luego uno se sobrepone y sigue adelante. Fue para bien. Todo lo que sube baja, y todo lo que está abajo sube también.
P.: Hace poco Amalia Pando y Carlos Mesa se reencontraron en una entrevista que usted le hizo. ¿Qué sintió ?
A.P.: Mira, tengo un gran afecto por Carlos, eso no se desvaneció. Carlos fue muy respetuoso, muy amigo, en el prólogo de la entrevista, esos instantes previos a salir al aire. Era como  si el tiempo no hubiera pasado: el mismo Carlos, la misma Amalia. Pero luego cuando sales al aire, después del 3, 2 1.. al aire, algo ocurre en el escenario y uno toma el papel del periodista y sé que estoy hablando con el ex Presidente. No se cruzan los cables, por lo menos en esta situación no se cruzaron. Ni amores, ni desamores, ni nada.

P.: ¿Cuáles son proyectos de Amalia  a futuro?, es la primera vez que la vemos como docente 

A.P.: Di algunas cátedras en la UMSA, pero ahora no tengo grandes planes. Uno de los más próximos es ver si consigo algún contrato para el próximo año. Todos los años  todos estamos en la misma, siempre empezando. Estuve dos años fuera de la tv... Amalia Pando no siempre es conveniente, es demasiado polémica.

P.: Eso le cierra puertas o choca intereses de los dueños?.

A.P.: No, yo qué intereses voy a chocar. Yo hago un periodismo que no es comercial… entonces es un estilo personal.

P.: ¿Es por eso que Amalia dice que el buen periodismo se está acabando?

A.P.: No. Hay una camada. El buen periodismo lo ejercen los periodistas y quienes dirigen los medios de verdad, y esa tanda se acabó y tiene que surgir otra. Todo eso depende de que los medios tenga una visión periodística y no política. Cuando los medios se ponen como trinchera ahogan el periodismo.

P.- ¿Amalia seguirá en la televisión?

A.P.: Siento que estoy terminando, me siento bastante cansada. Sin embargo, creo que en radio voy a seguir bastantes años más, pero en televisión ya no, es muy brava, demanda mucho.
En televisión no hay quien te acompañe y yo no puedo hacer un mal programa. Cuando algo me sale mal, yo entro en una depresión profunda. Me gusta hacer las cosas y hacerlas bien. Me gusta exigir a mi entorno, quizás por eso tengo una fama de malvada. Ya no quiero la televisión, estoy buscando la jubilación. 
P.: ¿Qué hay de la Amalia mujer?

A.P.: La Amalia mujer es muy fatigada. Me encanta estar en casa. Tengo un núcleo muy reducido y me ocupa lo que a todas las personas: el afán de limpiar la casa, qué vamos a comer?, cómo está el hijo?, cómo está el perro?....

P.: ¿Cocina?

A.P.: No, pero tengo un  compañero que lo hace maravillosamente.

P.: ¿Por qué no se casó?. Se dice en el medio que las mujeres no duran con un marido.

A.P.: Son los maridos que no duran con una periodista (risas). El amor y las relaciones son una interrogante que no tiene solución, es como una ecuación sin solución.  Ahora si no te llevas bien con la pareja esto no dura, pero  tengo la suerte de tener a un compañero sensacional. Ya nos encontramos en la curva.

P.- ¿Cómo se llama él?

A.P.:  Se llama Mario Peña, es uruguayo. Desde que se vino acá, trabajamos juntos en todas las cosas. Hace publicidad. Siempre ha ayudado a conseguir la publicidad para la productora o los programas. Es mi manager.

P.: Este su manager de ahora, es tan querido  como esos amores que ha tendido en los 80, esos amores por la libertad, por las luchas?
A.P.: Sigo amando las mismas causas. Lo que no pude encontrar fue un instrumento. No hubo partidos que pudieron encarnar, dirigir esas causas. Se quedaron en pequeños grupos de héroes, de militantes, de gente tan querida.  Los amores personales son de otro ámbito, no es una causa ideológica, sino una causa palpable.

P.- ¿Hijos?

A.P.: Tengo un hijo (Manuel), ya viejo.

P.- Sigue el camino de Amalia?

A.P.: Por suerte no, es un oficio muy largo, muy duro y mal pagado. Es decir, hay que ser loco para ser periodista, es mucha pasión para este oficio. Mi hijo es de otra corriente de pensamiento. 

P.: ¿Qué hace por lo general Amalia en casa?

A.P.- Ahora soy una abuelita, me dedico a cambiar pañales porque tengo una hermosa nieta de un año y dos meses.

A.P.: ¿Qué quiso hacer y no pudo?

A.P.: Tal vez viajar más, gozar de la vida. He trabajado mucho; en las épocas de la militancia volvía a la casa en la madrugada. Soy una hormiguita y no he tenido espacios para viajar. Me gustaría dedicar mi tiempo a la familia.

P.: Si volvería a nacer, volvería a ser periodista?

A.P.: Sí, por supuesto
P.: ¿Cree en Dios?

A.P.: A veces, no siempre

P.: ¿En qué momento cree en Dios?

A.P: En los momentos difíciles, pero cuando me entero de una violación de una niña me pregunto ¿por qué Dios no pudo impedir esta tragedia?.
LESLIE 

lunes, 20 de junio de 2011

Ladrones se "disfrazan" de pasajeros

“Su camisa (o chompa) está manchada” es la clásica frase que hábiles delincuentes, que se suben a los taxitrufis o trufis, utilizan para distraer a su  víctima, e iniciar el robo.

Y es que los delincuentes se “disfrazan” de pasajeros para robar celulares y billeteras a gente que toma un vehículo para trasladarse de un lugar a otro.

Aunque no existen casos denunciados por este tipo de robos en la Policía, hay una infinidad de testimonios, sobre todo de jóvenes y ancianos, que han sido víctimas de los “famosos” descuidistas, que utilizan desde dulce de leche hasta la mostaza para  distraer a la víctima. Preocupada por la mancha, la víctima  descuida sus pertenencias, mientras los delincuentes hacen de las suyas a vista, incluso  de otros usuarios, quienes no pueden hacer nada porque junto al ladrón existe otras dos personas (cómplices) como mínimo, que también fungen de pasajeros.

Según Claudia, una de las muchas víctimas, el antisocial parece ser como cualquier pasajero “no tiene la cara cortada o algún rastro que permita desconfiar de esa persona”.

Cuenta que a ella le arrebataron no sólo la billetera, sino también el celular que llevaba en su bolsa. “Todo ocurrió cuando un señor, de contextura gruesa y tez morena, que estaba sentado en el asiento de atrás me dijo: señorita su chompa está manchada. En ese instante me fijé y vi que mi chompa estaba con leche condensada e inmediatamente me puse a limpiarla sin darme cuenta que el de mi lado aprovechó mi descuido y sacó mis pertenencias. Al poco tiempo ambos se bajaron juntos del taxitrufi”, relata.

Agrega que tras la salida de ambos antisociales, una mujer, que estaba sentada en la tercera fila del coche, le avisó que le habían robado “cosas” de la cartera. “Fue en ese momento que me di cuenta que no tenía ni el celular ni la billetera. Quise bajar a buscarlos, pero el chofer me dijo que no hiciera nada porque era gente peligrosa”, indica al recordar que en ese instante reprochó al conductor por llevar ese tipo de personas, pero éste le contestó que no podía hacer nada ya que ellos se suben al vehículo cuando otro pasajero hace parar para tomar el servicio.

Según Johnny H., un conductor de taxitrufi de una línea que recorre desde el Cruce Taquiña hasta la laguna Alalay, él y muchos de sus compañeros no pueden hacer nada cuando los antisociales ya están dentro del vehículo, porque asegura que portan cuchillos y cortaplumas.

“A algunos ya los conocemos porque hacen un mismo recorrido varias veces por semana.  Hemos advertido a nuestro sindicato, pero ni ellos ni nosotros podemos hacer nada porque tenemos miedo que nos hagan algo”, justifica al comentar que existe un grupo de antisociales, entre ellos dos varones y una mujer, que recorre la avenida Beijing, desde la América hasta la Blanco Galindo o la d’Orbigny.
 RUTAS

Según otras víctimas, los dueños de lo ajeno no sólo toman los taxitrufis para hacer sus fechorías, sino también los trufis y micros que recorren entre la avenida Melchor Pérez y el kilómetro 11 y 12 a Quillacollo.

En esa ruta siempre suben a los vehículos que están llenos, porque cuando más gente hay y más apretada está, el trabajo para los antisociales parece ser más fácil.

Hay malhechores “bien vestidos” que llevan en la mano un folder o un maletín para tapar el movimiento de sus manos, mientras sus cómplices empujan a la víctima para que no sienta que el otro está revisando ya sea el bolsa o los bolsillos.

Otra de las rutas donde también operan los descuidistas está entre la plazuela Cala Cala y el estadio Félix Capriles.

Los ladrones suben también a taxitrufis y micros que, por lo general, están llenos. Mientras el vehículo recorre la avenida Libertador, el grupo de antisociales que ya está a bordo usa un sin fin de artimañas.

José relata que hace un par de semanas fue víctima de dos descuidistas, que se subieron al micro en el que iba.

“Estaba sentado en la primera fila del micro, cuando de pronto escuché caer monedas al piso. En ese momento, el joven, que no parecía delincuente, me dijo: ‘caballero, movete creo que estás pisando mis monedas’. Muy solidario me moví para ayudarlo, sin darme cuenta que otro delincuente ya  había sacado el celular de mi bolsillo”, comenta al añadir que segundos después, los descuidistas se bajaron  del vehículo y, “sólo cuando llegué a la casa me di cuenta que había perdido mi teléfono y fue ahí que mi cuñada me dijo que había sido una víctimas más de los descuidistas”.

Y es que los delincuentes hacen caer pernos, monedas y una infinidad de cosas para distraer a la gente y robarle mientras ésta intenta ayudar a los antisociales.

Otra de las rutas de los malhechores es la que  va de Cala Cala al Cruce Taquiña.

Asimismo, está el trayecto del centro hacia Tiquipaya. Allí, las mayores víctimas son universitarias, a quienes les distraen para sustraerles, por lo general, celulares.

Varias universitarias contaron cómo los delincuentes actúan, también usando mostaza, chicles, entre otras cosas para distraerlas.

“Si te das cuenta, los ladrones se hacen a los locos, y si alguien le reclama se niegan y se alteran. Los pasajeros no podemos hacer nada porque no es uno el que se sube, sino son dos o tres ladrones”, dice Carolina al pedir a las autoridades que asuman acciones para frenar la ola de robos en los vehículos de transporte público.

jueves, 9 de junio de 2011

La pubertad precoz se asentúa en Cochabamba





Leslie Lafuente López

Menstruar antes de los ocho años es algo que todavía no pueden creer algunas mujeres en Cochabamba , pues desconocen que hoy por hoy existe, casi a diario, niñas que son detectadas con pubertad precoz. 
Y es que esta enfermedad se está haciendo muy común en el medio, sorprendiendo a padres de familia que desconocen la existencia de esta irregularidad en la salud, sobre todo en las mujeres. 
La pubertad precoz no es nada más que el desarrollo de caracteres sexuales antes de los 9 años en el 
varón o antes de los 8 años en la mujer. En el niño, el primer signo puberal es el crecimiento de los testículos junto a la aparición del vello pubiano. En la mujer es el desarrollo del botón mamario. (pof puberty...An pediatrc Bar, 2004).
Tanto niños como niñas con pubertad precoz presentan mayor crecimiento que otros menores. Sin embargo, dicho desarrollo se estanca en un determinado momento, por lo que al final pueden tener una talla baja. 
Los endocrinólogos Susana Rodríguez Veltzé y Ronald  Sánchez Carranza aseguran que cada vez, sino es diario, que se detectan casos de pubertad precoz, sobre todo en niñas. 
Sánchez Carranza, endocrinólogo de la Caja Nacional de Salud, explica que  la pubertad precoz en las mujercitas mayoritariamente se presentaba con la telarquia (desarrollo de los senos antes de los diez años). Sin embargo, en los últimos años se viene presentando directamente con la menarquia , que no es más que la primera menstruación. 
Asegura que constantemente atiende a niñas menores de ocho años que acuden a su consultorio luego de haber tenido la primera menstruación. 
Dice que los padres de las pequeñas llegan a la Caja alarmados porque desconocen lo que está ocurriendo, ya que hasta hace una década, en Cochabamba, era raro detectar que una niña menor de diez años menstrúe o que tengan el seno desarrollado y vellos en el pubis. 
La endocrinóloga Rodríguez Veltzé asegura que la pubertad precoz es un fenómeno que no sólo se da en Cochabamba sino en el mundo producto de muchos cambios que han sufrido los niños en su desarrollo, en su forma de vivir, comer, entre otros, por lo que son varias las causas las que ocasionan. 
“Vemos que ha cambiado la alimentación de las niñas. No comen  alimentos naturales, no industrializados sino envasados. Nos hemos olvidado de comer verduras, frutas y productos naturales”, dice al advertir que con  una alimentación sana se evitaría el sobrepeso, un factor que puede hacer que se adelante el periodo menstrual y el inicio de su pubertad y adolescencia. 
Hay quienes atribuyen que la obesidad es un factor de mayor probabilidad de pubertad precoz en las niñas .“Existe evidencia que demuestra una asociación entre pubertad precoz y obesidad, siendo más frecuente este fenómeno en niñas y niños con mayor IMC (Indice de Masa Corporal), pero teniendo claro que este fenómeno por si solo no explica todo el aumento de la frecuencia de pubertad precoz. Además hay evidencia que muestra relación entre hiperinsulinismo prepuberal, patología más frecuente en los obesos, y pubertad precoz y síndrome de ovario poliquístico en la adolescencia”, afirma la  doctora Claudia Zajer, ginecóloga del departamento Obstetricia y ginecología de la Universidad Católica. (Red Salud UC, Universidad Católica Pontificia de Chile, 6 de junio de 2010).

Signos de sospecha

La primera sospecha para saber si una niña tiene adolescencia precoz es el olor en las axilas, el crecimiento de las mamas y el botón mamario (que puede ser acompañado por un poco de dolor y picazón en los pezones. A esto se suma el vello púbico y el estirón en su crecimiento. 
Otro elemento que debe llamar la atención es el sobrepeso de una niña. Hasta hace un tiempo, ser gorda en Cochabamba  era considerado como un símbolo de buena salud, cuando en realidad no es cierto. 
En ese marco,  los niños (especialmente las niñas) con obesidad  son más propensos a madurar físicamente más temprano. 
En el caso de los niños,  uno de los signos es el aumento del volumen testicular y del pene; apa- 
rición del vello púbico, aumento de talla (estatura) y cambios en la tonalidad de la voz. 
En Cochabamba, los casos más comunes de adolescencia precoz se presentan en niñas entre los 6 y 8 años. Sin embargo existen casos más extremos de pequeñas de apenas 3 y 4 años, quienes no sólo desarrollaron sus órganos sexuales sino que ya menstrúan. 
Aunque parezca increíble, la pubertad precoz puede hacer a una niña capaz de concebir a muy temprana edad. Ambos sexos pueden ser padres antes de los 10 años. La madre más prematura registrada en la historia de la medicina fue Lina Medina , una pequeña peruana, que tuvo un hijo a los 5 años, 7 meses y 21 días. 
Rodriguez Veltzé aclara que por alguna razón los varoncitos no han adelantado tanto su pubertad como la mujercitas, por lo que el número de casos en Cochabamba menor. 
A decir de la endocrinóloga, la adolescencia es un periodo muy crítico en el que los padres deben 
acompañar a los hijos, sobre todo a las mujeres, con quienes deben conversar sobre el tema y los cambios físicos y psicológicos que acarrea la adolescencia. Afirma que muchas madres ven a la menstruación como algo penoso o “grave”, cuando es normal en una mujer. 
“Es importante que la madre vea a la hija como una mujer y converse el tema. Sólo así se evitará que tenga miedo o haga cosas que no debe”, dice. 
Los adolescentes precoses, mujeres antes de los ocho años y hombres antes de los nueve, son altos y robustos. Sin embargo, una vez que las niñas, por ejemplo, comienzan a menstruar dejan de crecer y a futuro tienen una estatura baja. 

Altos al inicio y bajitos al final

Según los especialistas, existen casos muy llamativos en los que, por ejemplo, mujercitas con adoles- 
cencia prematura han llegado a crecer hasta medir sólo 1.40 metros de estatura e incluso menos. 
Es caso de Nora, un pequeña que a los cinco años comenzó a menstruar y cada vez que le venía la regla gritaba: “ya viene el cucu, ya viene el cucu”, comenta la madre, una mujer orureña, que por su condición económica no pudo realizarle ningún tratamiento para evitar que su hija viva una adolescencia adelantada a tan corta edad. 
Explica que la pequeña, que hoy ya tiene nueve años, ha quedado un tanto afectada porque creía que con el sangrado que le venía se moriría. 
“Ahora mi hijita ya está mejor, le he hablado sobre eso. Sin embargo, ahora tiene otro problema, ella es muy bajita para su edad. Prácticamente no ha crecido mucho desde que tenía cinco años”, comenta y agrega que algunas veces Nora se resiste a ir a las escuela porque algunos compañeros se burlan y la llaman “chata”, “enana”, entre otros calificativos. 

Tratamiento

Según la endrocrinóloga, Susana Rodríguez Veltzé, este problema es muy común, que puede ser evitado, si bien no en un cien por ciento, en un alto porcentaje. 
Para la pubertad precoz existe tratamiento, pero mientras más temprano se inicie, el resultado será mejor.  Una persona que empieza entre los seis y nueve años, puede ganar en promedio hasta 6.5 cms. de estatura. Sin embargo, los pacientes que no son tratados llegan incluso a perder dos a cinco centímetros. 
Someter a un paciente a tratamiento es una decisión que toma la familia en conjunto con el especialista, ya que se debe evaluar si realmente lo beneficia. 
Además, hay que considerar los aspectos psicológicos y sociales derivados del desarrollo precoz y la comparación con sus pares  en el colegio. 
Según Veltzé, en el mercado farmacéutico del país existe un medicamento que se llama Decapectyl que ayuda a frenar, en el caso de las niñas, la menstruación y permite controlar el nivel de hormonas. 
Sin bien el fármaco evita frenar el sangrado mensual, no impide el desarrollo del proceso de la adolescencia. El Decapectyl puede “bloquear”, en algunos casos hasta los once o doce años. 
Sin embargo, el medicamento es altamente costoso. Los inyectables mensuales fluctúan entre 250 a 
300 dólares, mientras los trimestrales pueden llegar a costar hasta 650 dólares. 
El tratamiento puede realizarse entre nueve meses a un año, por lo que el gasto es elevado. Este 
hecho, hace que muchas menores se vean impedidas a realizar el tratamiento y por tanto continúan 
sangrado cada mes, como un adolescntes de diez u once años. 
“Lamentablemente es la única alternativa que por ahora existe. Ojalá a futuro existan otros fármacos más económicos para que cualquier familia pueda acceder sin mayor problema que el actual”, agrega la endocrinóloga.



Curcoy Barcenillaa, V. Trenchs Sáinz de la Mazaa, L. Ibáñez Todaby F. Rodríguez Hierrob Influencia del peso al nacer sobre el inicio y progresión de la pubertad y la talla final en la pubarquia precoz, Unidad Integrada de Pediatría. Hospital Sant Joan de Déu-Hospital Clínic. bUnidad de Endocrinología. Hospital Sant Joan de Déu. Barcelona. España, 2004.


Issier, Juan R. (2001): Embarazo en la Adolescencia. Revista de Posgrado de la Cátedra Via Medicina N° 107 - Agosto. 11-23
http://www.med.unne.edu.ar/revista/revista107/emb_adolescencia.html 

Red Salud UC, Universidad Católica Pontificia de Chile, La obesidad está asociada a pubertad precoz. 6 de junio de 2010 


Rodríguez Veltzé, Susana, entrevista, 29 de mayo de 2011

Sánchez Carranza, Ronald, entrevista, 30 de mayo de 2011